Visita guiada a Arequipa y al Monasterio de Santa Catalina
ID: GYG531670-923054
Categoría:
País: Perú
Duración:
04:00 horas
Descripción
Calles estrechas, casas blancas y patios llenos de flores... Córdoba parece tener una hermana perdida al otro lado del Atlántico. Déjate cautivar por la belleza de la Ciudad Blanca.
Itinerario
Tras recogerte en el hotel a las 9:00 a.m., comenzaremos nuestra visita guiada a la Ciudad Blanca de Arequipa. Durante el recorrido descubriremos de dónde procede este sobrenombre, mientras admiramos sus edificios de piedra volcánica y sillería que recuerdan la arquitectura tradicional de los pueblos andaluces.
Iremos a la Plaza de Armas para admirar la Catedral de Arequipa y la Iglesia y Claustros de la Compañía de Jesús. También nos detendremos en los Tambos de Bronce y La Cabezona, lugares donde se desarrollaba el comercio con el trueque como medio de pago.
Nuestra última parada será el Monasterio de Santa Catalina de Siena, una pequeña ciudadela amurallada construida como convento de monjas de clausura. Durante la visita guiada al convento, descubriremos algunas de las leyendas que se esconden tras sus muros, pasearemos por sus impresionantes claustros y jardines, y admiraremos su rica pinacoteca.
La visita terminará en tu hotel o en cualquier otro punto del centro de Arequipa que elijas, a las 13:00 h.
Lo más destacado
- Ciudadela de mujeres dedicadas a la oración, la caridad y la sastrería.
- Santa Catalina es, más que un monasterio, un crisol de secretos.
- El monasterio de Santa Catalina es una joya de edificio religioso.
Lenguajes de guiado
INFORMACIÓN IMPORTANTE
Recogida y regreso al hotel
¿Cuándo debo reservar?
Para garantizar la disponibilidad de la reserva lo antes posible. Vale la pena reservar con antelación, especialmente si planeas el viaje durante la temporada alta, como los días festivos o los fines de semana.
Cancelaciones
La cancelación no es posible. Si lo cancela o no se presenta a la excursión, se le cobrará el precio total de la actividad y no se le devolverá el dinero que pagó.
